17/10/13

La marcha de los limones

Todas las primaveras se perdía un limón en un montañon, donde rodaba y rodaba empinado hacia abajo hasta que llego a un sombrero donde dejaba un olor cítrico, muy atractivo para la temporada, se salvo de ser limonada, se lo puso su dueño que era un anciano cualquiera y viajo a la ciudad ya que iba a desfilar en mayor evento social de los ancianos, pero al ir caminando por las calles la gente arrugaba la cara al mirar curioso sombrero, era algo involuntario, no se salvaba ni un canario, el anciano no se percato y llego a la reunión donde gente arrugada se veía por montón, pero pasaba algo curioso a al ver el sombrero, se ponían frescos como lechuga, donde no se veía ninguna arruga, la gente aplaudía y el anciano no entendía, que aquel sombrero era la cura de la agonía, se lo dio a los científicos que ponían caras graciosas le hicieron un análisis y también otras cosas, pero no se podía explicar, cual era la respuesta de tanta paradoja arrugal, la respuesta era facil, el limon al rodar por la montaña  se ponia mas joven y eso hacia que al mirarlo todos arrugaran la cara de envidia (apuesto que pensara, oh yo creía que tenia que ver por el sabor, le tengo que decir que es un iluso lector) y para el caso de los ancianos era simple matematica, arruga por arruga es igual a lechuga, así que se llamo a la ciudad a rodar por la montaña de donde venia tal limón, rodaron y rodaron y mas joven se quedaron, pero solo había un detalle y era que mas viejo se hacia el valle, eso les dio mucha penita asi que hicieron que hicieron un pirámide humana y la montaña bajo hacia la nada y todo volvió a ser como era antes y los bendecio con una mina de diamantes mientras ellos plantaron muchos limones, que se dice son jugosos por montones.