23/3/14

La miseria de los campos de naftalina

Era un dia caluroso, la sombra se hacia poca a medida que se acercaban las 12 y Egu no terminaba su trabajo de repartir el correo del campo, obviamente era el correo mas moderno del lugar, llevaba muchos "likes" de otros estados y regiones, twiteos de gran importancias, todos escritos en papel para los pueblerinos que desconocian todo aquello de la computacion, obviamente ellos no sabian que eran los "likes" pero aun asi el papel donde estaba escrito servia para tapar algunas goteras o simplemente para ir al baño sin inconvenientes, asi que era un negocio muy rentable para Egu, el cual a esta hora disponia a comer algo despues del arduo trabajo asi que se sento bajo un arbol, el cual otorgaba un poco de sombra, Egu se disponia a comer un poco de su sandwich de ave mayo, cuando derrepente ve un trozo de papel que no habia visto nunca, era de color rojizo y estaba doblando de una manera muy extraña, parecida a un pajaro, Egu, trato de desdoblarlo pero no pudo, asi que decidio lanzarlo lejos en tono de desprecio, pero el trozo de papel no toco el suelo en el tiempo que el esperaba, de hecho, parecia tomar mcho tiempo y se mantenia en el aire, Egu miraba estupefacto, era un ave de papel, seguramente estaba herido y por ello no movia las alas, Egu miro por el arbol para ver si encontraba su nido, pero nada, asi que penso que lo mas simple era hacer uno para el, total tenia papel de sobra, asi que lo hizo y poso al ave ahi, no tuvo reaccion alguna, Egu decidio irse, quizas su presencia intimidaba a la pobre ave, volvio a su casa y miraba asombrado el papel, no solo servia como escrito, si no que tambien podia estar vivo, quizas gracias a que esta hecho con parte de arboles que son seres vivos, trato de doblar el papel para que quedara igual al ave, pero no tuvo exito, al dia siguiente despues de su jornada de trabajo volvio a aquel arbol y vio al ave pero no se movia, solo notaba un extraño olor, pero asumia que era el olor del ave que estaba agonizando, siguio asi por mucho tiempo, hasta que llego el otoño y las hojas caian y el viento  soplaba, el ave ya no se encontraba, pero lo aterro lo otro que vio, un cuerpo humano en el arbol, no lo habia visto cuando buscaba el nido, pero ahi estaba, Egu sabia que no era de aqui por la ropa que traia, lo enterro y le canto la cancion funeraria, tradicion en ese lugar, Egu temblaba, pensaba que el ave lo habia hecho antes de encontrase con el y por eso habia quedado herido, y explicaba aquel estado de descomposicion, Egu corrio a su casa y se encerro, quemando todo papel posible.

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